La rehabilitación de edificios permite un ahorro energético de más del 55%

ROCKWOOL, compañía líder en aislamiento sostenible de lana de roca, ha realizado un análisis comparativo en la ciudad de Zaragoza, concretamente en el barrio de Balsas de Ebro Viejo, entre dos edificios construidos en los años de posguerra, idénticos en su construcción y ubicación, con la única diferencia que uno de ellos ha sido rehabilitado y el otro no. A lo largo de un año, se ha monitorizado el consumo eléctrico y de gas, así como la temperatura y las humedades en el interior y exterior de 3 viviendas: 2 situadas en el edificio rehabilitado y la tercera situada en el edificio no rehabilitado, todas ellas con perfiles de uso y ocupación similares.

Como nos explica Miguel Ángel Gallardo, Business Unit director de ROCKWOOL Peninsular, “gracias a estos estudios comparativos podemos demostrar los beneficios que aporta la rehabilitación de edificios, no solo desde un punto de vista de ahorro energético, sino también en la mejora de la calidad de vida de las personas en sus hogares. Continúa, “así ha ocurrido en Zaragoza, donde los resultados de la monitorización han ayudado a optimizar las soluciones constructivas a utilizar. Dichas soluciones constructivas ya se están aplicando en las nuevas obras de rehabilitación que se están llevando a cabo, aportando una mejora significativa en eficiencia térmica y confort”.

La rehabilitación ha contado con la instalación del Sistema REDArt de ROCKWOOL, un sistema de aislamiento térmico exterior con lana de roca, que aporta seguridad contra incendios, confort acústico, durabilidad y sostenibilidad a los edificios. Tras el análisis de los resultados, las principales ventajas demostradas de rehabilitar energéticamente un edificio han sido que, las viviendas presentan un mayor confort térmico manteniendo una estabilidad de temperatura interior durante todo el año. Así, se ha conseguido un ahorro global en el consumo energético de más del 55% y, además, se ha conseguido una mejora en la calidad de vida de las personas que viven en el inmueble, ya que las viviendas rehabilitadas mantienen una estabilidad en las temperaturas interiores durante todo el año.